Un autoclave es un dispositivo para esterilizar instrumental médico mediante el uso de calor y vapor a presión. Este proceso elimina eficazmente microorganismos como bacterias, virus y hongos que pueden causar infecciones. A diferencia de otros procesos de limpieza, la esterilización por vapor consigue una esterilidad completa, un factor esencial, sobre todo en procedimientos invasivos como el tratamiento de heridas abiertas o el tratamiento del pie diabético.
Sin embargo, la importancia de los autoclaves va más allá de la pura higiene:
Ayudan a cumplir los requisitos legales, como las directrices de higiene de la Asociación Alemana de Podología.
Minimizan el riesgo de infección y protegen así tanto a los pacientes como al equipo de la consulta.
Favorecen un flujo de trabajo eficiente, ya que los instrumentos están rápidamente listos para volver a utilizarse.
A partir de mayo de 2024, la normativa de higiene de Renania del Norte-Westfalia estipula que las consultas de podología sólo podrán utilizar autoclaves de clase B para esterilizar instrumentos invasivos. Estos dispositivos ofrecen la máxima seguridad gracias a su proceso de vacío fraccionado, que esteriliza de forma fiable incluso instrumentos complejos con cavidades.